Pedalear en invierno: la teoría de las tres capas y otras recomendaciones

Pese al frío muchos de nosotros no podemos dejar de practicar nuestro deporte favorito durante los meses de invierno. Sin embargo, si no queremos que las desfavorables condiciones climatológicas conviertan la salida en un suplicio, es recomendable hacerlo con el equipamiento adecuado y siguiendo una serie de recomendaciones importantes. Te las describimos a continuación.

La teoría de las tres capas

Para todo aquel que practique una actividad deportiva al aire libre, es obligatorio saber que el tronco del cuerpo debe estar protegido por tres capas.

Primera capa
Su misión es la de alejar el sudor de nuestro cuerpo evitando que se enfríe. Para ello, se utilizan prendas elásticas que se pegan a la piel realizadas con materiales absorbentes como fibras sintéticas o lanas de última generación

Segunda capa
Pese a ser la que nos proporciona abrigo, no tiene que ser excesivamente gorda. Necesitamos prendas cómodas y adaptables a nuestro cuerpo pero que a su vez tengan capacidad de retener las moléculas de aire caliente. Por supuesto, también debe ser transpirable.

Tercera capa
La función de la tercera capa es la de protegernos de la lluvia y el viento. Las dos características que debe cumplir esta prenda es que sea impermeable para no permitir que la lluvia nos cale y transpirable para que nuestro sudor no empape el resto de capas.

Otras recomendaciones

Protege las extremidades: Cabeza, pies y manos serán las partes del cuerpo que antes empezarán a sentir el frío, ya que a través de ellas se escapa el 30% del calor corporal. Para evitar que la sensación térmica sea desagradable, cúbrelas con complementos de abrigo e impermeables como guantes, gorros, calcetines…

Gafas: Aunque no haga sol, olvidar las gafas en casa un día invernal es un error garrafal. Y es que los ojos tienden a irritarse cuando el aire frío les da directamente. Además, protegen de la suciedad (barro, agua… ) que puede saltar desde el camino.

Come y bebe mucho: En invierno no solo hay que mover la bici, también hay que calentar el cuerpo. Por eso, se necesita un aporte extra de energía. Además, aunque no se tenga sensación de sed, se ha de beber con asiduidad. No está de más llevar un bidón con algún líquido calentito como un café o una sopa.

Ropa de recambio: Si no sales desde casa y después de la ruta tienes que coger el coche, lleva ropa de recambio. Cuando paramos, nuestro cuerpo comienza a perder temperatura y resulta esencial ponerse ropa seca y de abrigo.

Geles para los músculos: Antes de salir de casa, utiliza cremas o geles para calentar la musculatura. Además, para evitar las temidas lesiones, lo mejor es empezar pedaleando muy suave hasta que los músculos entren en calor.