La importancia de ajustar el SAG periódicamente

Tanto si eres un biker especializado como si acabas de empezar a practicar ciclismo de montaña, debes prestar especial atención al SAG de tu bicicleta. No en vano, una mala regulación del mismo hará que tu conducción no sea lo suficientemente eficiente o, incluso, peligrosa. A continuación, arrojamos un poco de luz sobre este término que en un primer momento puede sonar extraño pero que en el fondo no lo es tanto.  

¿Qué es el SAG?

El SAG es un anglicismo que hace referencia al hundimiento que tiene cualquier suspensión con el ciclista encima y en parado.  Aunque siendo sinceros también intervienen otros factores como la inercia o la velocidad, la función principal de este “hundimiento” es la de mantener las ruedas pegadas al terreno cuando se topan con un agujero en el camino. Una buena regulación del SAG, no solo se evita caídas, sino que minimiza la percepción de baches y obstáculos. Por ello, para sacar todo el rendimiento al sistema de suspensión, es necesario ajustarlo periódicamente según tus necesidades o estilo de conducción. 

¿Qué herramientas necesitas para ajustarlo?

Para llevar a cabo la medición y cálculo del SAG son necesarios una cinta métrica y una bomba de suspensiones. Es importante no utilizar una bomba convencional, si no se quieren dañar las suspensiones. También utilizaremos la tórica o goma que incluye la suspensión o, en caso de no tenerla, una brida lo más fina posible. Por último, dado que el peso es un factor clave en la medición del SAG, tendremos a mano todos los elementos que llevamos en nuestras salidas (herramientas, mochila de hidratación con agua, casco…) para que sea lo más real posible. 

La carrera del amortiguador y la horquilla

Conocer la carrera del amortiguador y la horquilla es fundamental antes de ajustar el SAG. En el caso de las horquillas, hay unas medidas predeterminadas que son las siguientes:  100, 120, 140, 160, 170, 180 o 203 milímetros. Para conocer la carrera de un amortiguador, primero debemos vaciarle el aire hasta que haga tope, posteriormente, volver a introducirle aire hasta que ese extienda por completo y, finalmente, medir la distancia desde el cuerpo del amortiguador a la tórica o goma de la que dispone. En caso de no tener esa goma, nos ayudaremos de una brida. 

Medir el valor del SAG

Una vez tienes las herramientas necesarias y conoces la carrera del amortiguador y horquilla, es la hora de medir el valor del SAG. Para ello hay que subirse a la bicicleta lo más suave posible y hundir el amortiguador lo que corresponde a nuestro peso. Permaneceremos subidos unos segundos y nos desmontaremos de la bicicleta con el mismo cuidado. Finalmente, mediremos la posición en la que se ha quedado la tórica o goma (la brida en el caso de que la suspensión no incluya la goma) que hemos colocado previamente junto al cuerpo del amortiguador o sobre las botellas de la horquilla. La relación en porcentaje entre la carrera del amortiguador u horquilla y los centímetros de hundimiento es el SAG. 

¿Cuál es el porcentaje de SAG idóneo?

Aunque depende de nuestras preferencias o terreno por el que vamos a pedalear, la norma general dice que el porcentaje de SAG idóneo se encuentra entre el 20% o el 30%. Así, si se quiere una suspensión más firme optaremos por el 20% mientras que para suspensiones más sensibles nos acercaremos al 30%. La bomba de suspensiones es la que nos ayudará a lograr el porcentaje deseado. Recomendamos a los bikers probar distintos porcentajes en cada salida hasta dar con el valor de SAG más acorde a su modo de conducción o disciplina que practica.  

Bonus Track – Último Truco

Una vez se haya encontrado el SAG que más se adapta a tus necesidades, recomendamos apuntarlo para que no se olvide. Un truco que utilizan muchos bikers es escribirlo con un rotulador en la bomba de suspensiones o en las botellas de la horquilla.