La bicicleta como terapia al trastorno bipolar

El pasado 14 de julio nuestra ciudad celebró con gran éxito el Iron Man Vitoria-Gasteiz. Ese día fue emocionante comprobar cómo algunos de los triatletas participantes realizaron la prueba sobre una bicicleta Mendiz. Y, entre ellos: nuestro paisano Juanma Olivas. Diagnosticado de trastorno bipolar hace 15 años, su participación ayudó a concienciar y dar visibilidad sobre su enfermedad.

Días después de su participación en el Iron Man Vitoria-Gasteiz hemos hablado con él, y nos alegra saber que está muy contento:  “Todavía no me ha dado tiempo asimilar todas las emociones que viví aquel día. Fue un subidón tremendo, ni sé todas las manos que choque o abrazos que repartí a lo largo de la carrera”.

Igualmente, en lo deportivo, Olivas ha quedado muy satisfecho con el resultado. Las 11 horas y 23 minutos en los que paró el cronómetro han superado todas sus expectativas. “Date cuenta que no había entrenado todo lo que debería. Por mi enfermedad había tenido un invierno difícil y un mes antes de la prueba ni siquiera me había inscrito. Me tuvieron que llamar para decirme que me apuntase o me quedaba fuera”.

Por suerte, le convencieron y Olivas pudo disputar su tercer Iron Man. El primero fue en Niza en el año 2011 tras superar una grave crisis. “Acababa de hacer crack. Todo lo que tenía bajo control se cayó y un reto de ese calibre me ayudó a no quedarme mirando hacia abajo y tirar para delante” cuenta.  

Sin embargo, pese a disfrutar de la experiencia y enamorarse de la disciplina, Olivas  tardó cinco años en correr su siguiente Iron Man en Lanzarote. “Tengo que agradecer a la organización que en ningún momento me dio la espalda. Siempre estuvo a mi lado apoyándome y esperándome a que estuviera bien para poder participar”, explica.

En aquel Iron Man en Lanzarote Olivas ya fue acompañado de su bicicleta Mendiz. “La compré justo después de participar en Niza. Elegí Mendiz porque, al ser de mi ciudad, era una marca con la que me identificada”, afirma. “Estoy muy contento con ella y, aunque ya tiene unos años, todavía da guerra. De hecho, me han dicho que en este último Iron Man llegué a adelantar en bici a unos 900 triatletas. Yo no lo sé, yo solo miraba al de adelante”, bromea.

Sin lugar a dudas, la bicicleta es la sección del Iron Man que más disfruta. “Aunque por desgracia no soy constante, salir a rodar me da mucha fuerza. La felicidad y satisfacción que siento sobre la bicicleta no me la dan otras cosas”. Así, uno de los lugares que más le gusta visitar es el pantano de Ullibarri Gamboa. “Estoy enamorado de ese lugar, es un privilegio para mí tener todo ese espacio natural a tan solo 20 kilómetros”.

Por esta razón, Olivas recomienda a personas con su enfermedad a practicar deportes como el ciclismo si realmente es lo que les apasiona y les gusta. “A mi me sirve. El deporte es sano en todos sentidos, me ayuda a sentirme bien mentalmente y físicamente”.

Tras la buena experiencia del pasado 14 de julio, Olivas espera participar en prueba Iron Man con mayor asiduidad en el futuro y realizar una media de 4 al año. “Por un lado, pienso que hay potencial para mejorar bastante a nivel deportivo si entreno con mayor consistencia y, por otro, me motiva poder seguir dando visibilidad y concienciando sobre el trastorno bipolar. Creo que es una causa por la que merece la pena dejarse la piel y tirar hacia delante”, concluye.